jueves, 9 de septiembre de 2010

Epílogo

Hace seis meses escribí en el aeropuerto CDG una última entrada para este blog que nunca llegó a publicarse. Los motivos no fueron otros que las ganas que tenía de dejar atrás esos meses en París. Si hubiera habido conexión wi-fi gratuita en el aeropuerto lo habría publicado en aquel mismo momento pero como Internet sigue pareciendo un lujo allá donde voy, me ahorré los euros y con él, la última entrada, ya que, al llegar a Madrid, no volví a encender este portátil salvo alguna vez contada y necesaria. Está hecho mierda, tal cual acabó a finales de marzo.

Estamos en Septiembre y por desgracia, este último mes de Agosto y este comienzo de “Dancin’ in” también ha sido bastante penoso por razones que no vienen al caso pero también es cierto que los meses de prácticas en Madrid fueron buenos. No estudié, claro, y pasaron volando. Es martes, el sábado volví a París después de un par de sacudidas emocionales, me vi en un autobús de Air France cruzando de noche la ciudad porque, como siempre, el vuelo se retrasó y llegué cuando ya no había luz natural. La combinación de sensaciones fue tan brutal que me dejó tocado. La maravilla monumental y eterna de la ciudad se me presentó, una vez más, cuando pasé por Les Invalides y crucé el puente de Alejandro III mientras recordaba las noches de viernes a las tres de la mañana haciendo la colada, las mañanas de Domingo estudiando y el miedo a que cualquier persona me dirigiera la palabra y no pudiera comprenderla. Literalmente, empezó a dolerme la piel, como cuando uno tiene fiebre y el simple hecho de no estar flotando en el aire le duele allá donde hay contacto.

Qué bien huele el Armani Code que he probado en la tienda, sin embargo he sido fiel a mí mismo y hasta que me harte, he vuelto a comprar un frasco de Aqua Di Gio (si alguno más me va a copiar la colonia, esperaesperaespera: Hijo de Puta. Ya), que es lo mío.

Pasé el Domingo visitando París, el mío, el de mis paseos. Me bajé del Cercanías en Chatelet y di un paseo por la in…

…acaba de sonar una explosión, o algo similar en la terminal. Nos hemos quedadot odos flipando. Yo estoy de espaldas y si no veo a la gente correr por su vida, paso de levantarme, estoy demasiado cansado.



Parece que todo vuelve a la normalidad, al menos la megafonía sigue tal cual y la gente vuelve a moverse. En fin, a lo que iba. Me di un paseo por la inmensidad vertical de San Eustaquio, esa catedral desconchada que llega a la Luna pero que por algún motivo se empeñan en llamarla iglesia. Giré y volví a pasar por el luminoso del Sam Spade parisino y comprobé que el Pont Des Arts está mucho más cargado de hierros, los turistas veraniegos y su romanticismo globalizado lo están sobrecargando de candados. Crucé el patio de El Louvre y vi que las colas de Verano para entrar en la pirámide de cristal no tienen nada que ver con las de Otoño e Invierno, más si cabe, un primer domingo de mes cuando la entrada al museo es gratuita. Crucé Las Tullerías, subí por la Rue Royal, volví a entrar en La Madeleine, subí por su boulevard y el de los Capuchinos para pasar delante de mi Old England y quedarme un rato mirando la fachada del Palacio Garnier, la Ópera. Pensé en tomarme un chupitazo de Luis XIII pero lo descarté porque esas cosas si se hacen, tienen que ser en compañía para disfrutar verdaderamente del momento y luego chocar un Cognac Five! Bajé y entré en el Louvre dando una mano a Maria Callas y la otra a Luciano Pavarotti, después de comer y tomarme un café. Estuve poco tiempo, poco más de media hora y visité de nuevo, a mis damas. La Victoria de Samotracia, La Giocconda y La Venus de Milo. Le di a la Mona Lisa la oportunidad de darnos placer mutuamente mirándonos mientras escuchaba el Casta Diva, en un estado de éxtasis que me llevó a apreciarla con una cara casi malvada y no la relajada habitual que todo el mundo ve. Odio a la gente que llega, se hace una foto y se va, los odio, igual que odio a la gente que resopla cuando escucha el nombre de Platón. Putos pedazos de carne. Y aunque ella, esa pequeña mujer que a tantos atrae, la considere casi mi pareja (sic), hay otra, muy cerca, a la entrada de su sala, que siempre será mi amante. También de Leonardo, ese retrato me parece lo más fascinante que existe. Salí del Louvre y paseé por la rivera del río junto a Moustaki hasta llegar a Notre-Dame. Entré en ella con mi séquito de monjes de Silos y pasé unos cuantos minutos sentado disfrutando de ese espacio que no sé cuándo podré volver a pisar.

Entré, por supuesto, en Shakespeare&Co. y compré por supuesto, libros preciosos. Di un paseo por la Ile de la Cité y por la Ile de St. Louis y caminé por la rivera derecha, de nuevo hasta la plaza de la Concorde para coger el metro un par de estaciones y subir los Campos Elíseos una última vez.

El lunes estuve ocupado entre universidad y cenar con mi jefe. Mi maravillosa suerte hizo que mi garganta se fuera estropeando por la tarde cada vez más hasta acostarme con mucho dolor y sin apenas voz. He dormido fatal, he sudado la sopa de cebolla que cené y me he despertado y he salido pitando del hotel con unas prisas del infierno porque esta mañana era el examen final para acabar con la pesadilla de estudio parisina. Me tomé un café penoso con mi jefe en el bar, por llamar de alguna manera a ese tugurio, que hay al lado de la universidad. Y apenas sin voz y, sorprendentemente sin ningún nervio, les solté mi parrafada en inglés con una voz mezcla de Tom Waits y Leonard Cohen, forzándola tanto para que me pudieran escuchar que desde esta mañana tengo dolor en el pecho por el esfuerzo. Salió bien, incluso con todos los contratiempos imaginables, unos aquí contados y otros no. Salió bien o más bien lo hice bien, qué coño. Aunque he de decir que con un empujoncito de mi jefe, que es un buen hombre. La francesa que me juzgó se sorprendió por mi “madurez”, no te jode, llevo nueve años estudiando, soy un viejo, si a estas edades ya no empiezas a estar maduro lo llevas algo jodido, me parece a mí.

Recojo la maleta en el hotel, me como una triste bolsa de patatas en el hall y me voy a Orly pasando por delante y a propósito por mi antiguo hogar. Llego a Orly y por la huelga han cancelado mi vuelo. Algo más tenía que pasar, los gabachos no iban a dejar que me fuera sin poder hablar pero con una sonrisa y el dedo levantado. Me mandan desde el puesto de Air France a otro vuelo tres horas más tarde al CDG. El autobús Orly-CDG, 19€, lo pago yo. Y aquí estoy, después de comerme un bocata de atún y ensalada, que creo que fue lo primero que comí en París y espero que sea lo último. Después de ver un par de capítulos en el portátil, paso el control y me dedico a pasear por las tiendas Duty Free, donde compro mi colonia y bombones. Me encantaría estar forrado para poder entrar sin problemas en Hugo Boss y Hermes pero no es posible. Tienen cosas horribles y horteras, pero otras verdaderamente elegantes y bonitas. Cuando me toque la lotería, esa que no juego jamás, ya entraré.

En una hora, si no hay retraso, sale mi vuelo. Creo que estoy en la última fila. A ver si me dejan marcharme y no me tocan más los cojones.

Puta ciudad, la amo y la odio como me amo y me odio a mí mismo.

Gasto: un año de vida.

Gasto Acumulado: arrugas y corteza invisibles. Creo que soy un gnomo y empiezo a notar los primeros síntomas de la metamorfosis arbórea.

Escuchando: puto francés. Puto francés por la megafonía de la terminal que me taladra los oídos.

Conclusión final: Las parisinas están todas buenas, me voy a hacer socio del Instituto Francés en Madrid a ver si me ligo a alguna. Y si es fisioterapeuta y le gusta Sinatra podré darme por satisfecho.


P.D: Esto lo escribo ahora, día 9. Al final mi avión salió, después de creer que no lo haría. Casi a las once de la noche. Llegué al filo de las dos de la mañana a mi casa. Hoy, dos días después sigo afónico, con tos y hecho un jodido trapo. Como siempre.

viernes, 29 de enero de 2010

En realidad, ya es mañana. Vuelvo a las andadas haciendo la colada de madrugada. He tenido un día de apatía absoluta pero he conseguido hacer dos de las tres cosas que quería: ir al supermercado (dos veces) y lavar la ropa (estoy en ello) porque ya tenía un montón de ropa sucia acumulada que no había dónde meterlo en mi habitación. Para mañana he dejado lo de barrer, fregar y limpiar el baño. También debería de ir a la universidad a por el cheque del depósito de la universidad que hice en verano y que me devuelven ya. En teoría tendría que ir a una clase de francés a la que me han “sugerido ir” a las 11 de la mañana pero no creo que me acueste antes de las cuatro así que va a ir Rita. Además ¿para qué voy a ir? Es absurdo, a estas alturas, una clase aislada. Es como querer aprender a tocar un instrumento tocando una hora cada tres meses.

Hoy he muerto J.D. Salinger, el autor de El Guardián Entre El Centeno. Tenía 91 años, supongo que la habrá palmado porque su corazón le ha dicho que ya estaba bien. Aunque a esa edad, poco importa ya el motivo por el que te mueres, mientras no te haga sufrir mucho. Leí ese libro la primera vez a los 16 o 17 años y desde aquel momento hasta hoy. Tengo 6 ediciones, dos en castellano, dos en inglés, una en francés y una en alemán. Lo habré leído una veintena de veces mínimo. Ayer mismo antes de la entrevista que tuve, repasé algunas páginas para olvidarme un poco del mundo real y meterme en el de ese querido chaval llamado Holden del que siempre he sospechado que era yo con pseudónimo. Hubo una temporada en que tenía solamente dos, el primero, que me lo regaló mi padre y otro igual que compré para dejarlo. El que me regaló mi padre lo dejé solamente una vez y el estado en que volvió me ha impedido volver a dejárselo a nadie. Lo que hace el amor, que te convierte en ostra imbécil y acabas dejando cosas que no debes dejar. Por otro lado, ese libro se lo hice leer a esas mujeres que en mi vida se alimentaron de mi sangre (para algunas en el buen sentido y para otras en el malo) y sin mucho éxito. Tenía que haberlo visto en cuanto me dijeron “pse”. A la próxima ya sé cómo descartar rápido (¿más rápido todavía?). En fin, que se me ha muerto un segundo padre hoy y esto algo tocado y lo noto. Se pone uno a recordar mierdas que no debería de recordar porque a estas alturas para qué y por qué.

Así que me pongo algo de Dream Pop de los ochenta y escribo aquí. En la mitad de esa frase he bajado a sacar la ropa de las dos lavadoras y a meterla en la secadora, ha sido fascinante porque además lo he hecho todo con una mano. He decidido ser manco lo que queda de noche y mañana durante todo el día a ver qué pasa. Menos mal que he hecho hoy la compra. Pero, mmm, lo de barrer y fregar con una mano va a ser muy difícil así que dejaré lo de estar tullido para el sábado que haré vida más normal. Me veo con la boca en el plato por no poder cortar el filete.

Mi residencia está llena de crápulas, mis nuevos vecinos, esos del humo y las alarmas de incendios también aguantan despiertos hasta las dos o tres de la mañana y al de arriba se le acaba de caer algo que me he creído que atravesaba el suelo-techo y me caía en la cabeza. No sé si trabajarán o qué. Los chungos viciosos de la sala de ordenadores que están ahí siempre tienen pinta de hacer de todo menos estudiar y con esos horarios tampoco trabajarán. Estoy convencido de que la mitad de mi residencia son camellos tristes. Claro, que tanto ver The Wire igual influye.

Antes de que venga la panda de visitantes quiero ver el museo Nosequé, que sé dónde está y ahora sé lo que es. Es decir, vi ese edificio por primera vez también cuando vine a París hace, estos días, precisamente cinco años y Juanjo no supo decirme qué era. Estos meses lo volví a ver y ni puñetera idea hasta que me encontré la fachada en una de las páginas de mi guía. Es el museo de la historia de París.

Mi entrevista de ayer fue bien, sería demasiado largo explicar todo lo relevante aquí, digamos que estoy a la espera de que me confirmen que me ofrecen el puesto y si al final no lo hacen, me caigo con todo el equipo y me quedo aquí esperando a ver qué hago al final. El neoyorquino se fue ayer, una polaca se va este domingo y la otra el próximo domingo. Me han dicho que un español viene a mi residencia la semana que viene, a buenas horas, cuando ya no tengo ganas de relacionarme con nadie. Vivo muy bien aquí solo. Ayer en la fiesta de despedida estuve un rato hablando con alguno de los indios nuevos. Es difícil entender su inglés, es como si una taladradora tacatacataca de la calle hablase inglés, así es como hablan. Además, eran…excesivamente amistosos y con un inglés muy prefabricado, pero bueno, eso nos pasa a todos los que no dominamos un idioma. En fin, ellos a lo suyo, espero que sean muy felices. Ya me ocuparé yo siendo lo suficientemente borde con X e Y para que no me organicen una fiesta a mí, toque cuando toque. No quiero que me hagan una fiesta personas con las que casi ni he hablado y de las que no quiero despedirme y que ellas, no tienen ni puñetera idea de por qué están ahí. Me iré a tomar algo con un par de aquí, a los que sí echaré de menos y suficiente.

Por otro lado, la vida es muy sorprendente pero algunas veces uno se mira al espejo y piensa “amigo mío, ¿cómo coño haces para conseguir estas cosas? ¡No te lo crees ni tú!” y tú, sí, tú, al otro lado del espejo, sonríes y te ríes del mundo entero. E, incluso, a veces te vengas, suave, como la lluvia fina, esa que no moja pero sí empapa.

Sé que eso último no lo ha entendido nadie pero es lo que hay.

Gasto: Ni puuuuta idea, pongamos 250€ Ya lo miraré en los movimientos del banco por si estoy muy equivocado. Hay que ver lo que me gasto en comer estos días.
Gasto Acumulado: 353€
Escuchando: The Blue Nile – Over The Hillside

domingo, 17 de enero de 2010

Parece que la Universidad tiene una oferta que hacerme, más bien, una empresa a través de la universidad. He mandado un e-mail al responsable para que me informe de algo un poco más concreto que “posible oferta”. De los de Madrid no he sabido nada, si no tengo noticias suyas a última hora del Martes, les mandaré otro e-mail. Me veo ya haciéndoles el avión para que me den trabajo.

Este fin de semana ha sido todo el rollo de Jean. El sábado por la mañana de nuevo (y gratis esta vez) al D’Orsay. Aunque si a eso se le llama visita…vimos explicadas tres salas de arte decorativo por el conservador que se encarga de ellas, me gustó. Y fin, luego pasamos por la exposición de Art Noveau que ya he visto y que me parece un insulto con lo que hay alrededor en ese museo. Y fuera corriendo como si hiciera un día maravilloso para pasear, pero no, caían chuzos de punta. Comida en un restaurante cercano con los españoles y un inglés, que fue el que mejor me cayó de la treintena de personas que me presentaron este fin de semana. La comida, 17-18 euros y una kistch con verduras y ¡tierra! Y de plato fuerte una especie de puré de patatas verdoso con espinas, que no estaba malo, pero era agotador y estaba salado. La bebida fuera del menú y el café también. Y de postre ni hablemos. Lo dicho, en París, no se come bien. Después me despedí porque ellos se iban a echar la siesta y a empezar a prepararse para la fiesta. El resto del sábado en casa y fuera mantas de agua.

Hoy ha hecho un día espléndido para lo que es París pero me ha tocado pasarlo en la casa de Jean, en ese Brunch que dura horas. Viendo algunos videos de su vida por su cumpleaños y hablando con gente. Había tantas Plumas, que el ambiente resultaba sofocante, de verdad y comprobado está que es universal la pose, porque es invariante se sea de México, Inglaterra, EE.UU., España o Francia, que es de los países de los que he podido hacer hoy el estudio. Entre tanto vejestorio y tres niñatos de quince años, no sabía dónde meterme así que me he dedicado a zampar y disfrutar de la ventana desde la que se ve el Arco del Triunfo si te asomas al balcón, escuchando a Cesaria Evora en la minicadena. La casa es una maravilla, tiene detalles que me gustan mucho y otros que me parecen el horror, como esa afición del dueño por los animales disecados. Esa casa en París y suficiente dinero para vivir a lo Bernard Black, con eso la vida ya es perfecta.

Ayer no tenía ganas de irme a casa, me apetecía quedarme más y hoy todo lo contrario y la última hora se me ha hecho un poco eterna. Al salir he repetido paseo bajando por los Campos Elíseos, giro por el Grand Palais, puente de Alejandro III y metro delante de los Inválidos. El momento en el que pasaba por el puente ha sido de postal. Los franceses se molan tanto que lo que tienen si ya mola, hacen que mole tropecientas veces más, creo que ya he dicho por aquí que la iluminación de esa zona por la noche es espectacular. Detrás el palacio, a mi derecha la Torre Eiffel iluminada perfectamente y con la luna en cuarto creciente recién estrenado y con cielo tan limpio que se podía ver el disco entero como si fuera un hueco en el cielo nocturno, delante los Inválidos. Precioso.

En casa, al llegar a mi piso casi me ahogo del ascensor a mi habitación porque mi nuevo vecino, una pena que los de antes silenciosos y cautos se hayan ido, estaba friendo cordero y haciendo un humo que no era normal. Hasta él mismo según llegaba yo, ha abierto la puerta de la escalera de socorro para ventilar el piso pero ya era tarde, el detector de humos había saltado. Cuando estaba yo después haciendo la cena, había un inspector por ahí mirando y revisando. Y justo cuando había hecho todo, fregado y estaba sentado con el primer trozo de filetaco pinchado en mi tenedor de camino a mi boca babeante ¡ALARMA DE INCENDIOS! No jodas… ponte el abrigo, coge la cartera, reza para que no sea algo real y te quedes sin discos duros, portátil y ropa y baja a la calle. También cogí un libro por si duraba el tema. Parece que no era nada, estoy seguro de que era consecuencia directa de lo del detector porque seguía con la luz roja. Así que a los diez minutos he subido, con la cena ya fría. Y es que recalentar un filete en el microondas cuando se acaba de hacer, duele en el alma, así que me lo he zampado frío por principios. Mis nuevos vecinos no comienzan bien, para empezar, porque no pueden usar la cocina compartida al tener ellos una en su habitación. Además seguro que son traficantes de drogas, esto de ver The Wire hace que la mitad de las personas que veo por la calle me parezcan narcotraficantes. Estos tíos sacan a todo el edificio y molestan a todo bicho viviente y nadie lo sabrá, yo, que pasaba por allí de casualidad. Mientras a mí me mandan amenazas desde recepción porque durante cuatro horas nocturnas hubo una persona de más en mi habitación que no molestó a nadie. Tiene cojones.

Mañana, según a qué hora me levante, igual me voy a la Pinacoteca a ver la exposición de pintura holandesa que acaba a primeros de Febrero. Con ver algún cuadro de Vermeer, que sé que alguno hay, ya seré feliz.

Gasto: 13€
Gasto Acumulado: 103€
Escuchando: Nada.

jueves, 14 de enero de 2010

Ayer, por fin, después de berrear un rato con los Beatles y de que me arreglaran el radiador, fui al Louvre. Llegué a eso de la 1 y me fui sobre las 6. Me dio tiempo a ver cosas puntuales y según iba de otra, ir despacio por algunos lugares que me interesaban más. Supongo que vi el 5% del museo y deprisa. Creo que Cthulhu podría mudarse al Louvre si viniera de vacaciones a Francia porque es un lugar igual de ignoto y basto que R’lye. Además tendría muchos turistas para comer y tanto él como los demás, seríamos mucho más felices.

A lo largo de mi visita, vi la Venus de Milo, que tiene algunos ángulos que enamora, vi la Victoria de Samotracia que es totalmente impresionante. Un par de cuadros de Leonardo preciosos, también Las Bodas de Caná, El Patizambo, al Escriba, a Akhenatón, un cuadro de Vermeer que me gusta mucho (el del Astrónomo no estaba, tendría que haber vuelto ya de la exposición temporal en la que estaba prestado en EEUU pero no estaba allí), el Hermafrodita, el Esclavo de Miguel Ángel, varias estatuas más que me gustaron, pintura italiana y de nuevo la Venus y la Victoria a última hora porque me pierden. Falta algo ¿no? Sí que la vi de nuevo, después de cinco años, a la Gioconda. Han mejorado el cristal a prueba de torpedos de fotones que la protege, ahora no es oscuro y es transparente y visible 180º, tiene un separador de madera pero parece que no es suficiente y han puesto una cinta de unos 4 metros de radio. Es una jodienda porque no se la puede mirar a los ojos de cerca. Y no comprendo el motivo de esa medida, es imposible destruir ese cristal y ni tocarlo con el separador de madera.
Las dos primeras horas, anduve correteando emocionado de aquí para allá escuchando ópera italiana de varios autores cantada primero por Pavarotti y luego por Callas. Escuché el Casta Diva entero en la perpendicular perfecta a los ojos de la Gioconda, jodiendo durante 5 minutos cualquier foto hecha desde ahí, lo que supondrán unos 4364983 turistas cabreados y un número igual de almas que irán al infierno. Fakall’fiu!! Y me la quedé mirando, a las manos, a la sonrisa y a los ojos. Y los dos nos sonreímos mutuamente y nos despedimos (ésta fue la segunda vez, la primera vez que pasé por allí me limité a intentar sacar una foto decente y no lo conseguí). Después de ese par de horas, salí al hall, debajo de la pirámide de cristal y me zampé mi bocata y mi mandarina mientras daba paseos mirando los escaparates de las tiendas del museo. Luego pedí un Tall Latte Extra Shot y me senté en un banco a disfrutarlo mientras leía un rato, para luego retomar el resto de la visita escuchando a partes iguales folk nostálgico y jazz instrumental y sobrio.

Al salir pensé en ir a Concorde a coger el metro pero el transbordo de Montparnasse es tan largo…así que para evitarlo caminé más de lo que me suponía ese transbordo pero sobre tierra, fui por la orilla derecha del Sena bordeando las Tullerías hasta Concorde, donde me las vi con los semáforos y pasos de cebra dando un rodeo absurdo a la plaza para subir al norte y meterme en el metro de Madeleine y coger la feliz, rápida y eficiente línea 14. Los poco metros de la Rue Royale, entre Concorde y La Madeleine están llenos de tiendas de lujo, qué raro, y me dieron muchas ganas de entrar a comprar cosas. Pero al microsegundo bajé de la nube. Es que está todo tan bonito por allí, no han quitado los elegantes adornos navideños y parece una película.
En casa me encontré con un aviso de que igual me llaman para una entrevista en la residencia porque he roto el contrato al dejar estar a una persona en mi habitación por la noche. No estuvo ni 4 horas la pobre mujer. En fin, si se repite me echan. Les explicaré que si mi amiga no entraba, se quedaba en la puta calle a 5 bajo cero hasta el amanecer pero como es normal, a ellos eso les importará tres cominos. Asco de mundo.

Hoy me he levantado escuchando ópera, he hecho una pijada fotil que luego colgaré en Facebook, para reírme un rato, he comido y he visto The Wire. Son las 6 de la tarde y es de noche. Odio el invierno y odio a los que os gusta. Yo soy de vivir de noche pero las pocas horas diarias en las que estoy despierto necesito Sol y calor. Calor por suerte ya vuelvo a tener en mi habitación, pero las poquísimas horas de sol, acompañadas de las eternas nubes de esta ciudad, hacen mella en mí. Me iría a dar una vuelta pero con el puto frío que hace me da que hoy no toca. Mañana iré a la universidad para aclarar algunos temas de mi esperada entrevista, de notas y exámenes, y temas monetarios (me deben dinero, voy a tener que llamar a Dimitri para que parta unas cuantas piernas en la universidad, porque no estamos hablando de decenas sino de cientos de euros).

Este fin de semana viene mi tía para asistir a la fiesta del 50 cumpleaños de su amigo J. J es el forrado que curra para una conocida marca de ropa, que tenía casas en NY y en Londres, un piso en los Campos Elíseos de 3 millones de pavos y con el que me querían liar algunos amigos míos porque es gay. Pero como me pidió mi tía, le escribí un e-mail en Septiembre pero nunca obtuve una respuesta. El caso es que me acoplaré, no a la fiesta, que es superelitista, estilosa y especial, a la que no estoy invitado salvo rarísimo cambio de última hora, pero sí a la visita al D’Orsay con conservador del museo soltando la chapa (genial), comida y brunch en casa del forrado el domingo. Y olé.

Igual mando un e-mail al iteam diciendo que si alguien quiere quedar conmigo entre semana para la próxima pero no me convence, no se me vaya a pegar algún chino nuevo o antiguo cual lapa a mi chepa. Todavía no he visto a nadie ni he dado señales de vida, por qué será. Paz. Silencio. París. Yo. Música. Museos. Y si me quiero emborrachar, ya lo haré yo calentito en mi habitación. Que por cierto, llevo desde el último o penúltimo día de Agosto sin cogerme una como Dios manda, que sea más que un pájaro desplumado y de alas artríticas volando alrededor de mi cabeza.

Gasto: Franprix + Carrefour 20€ y señor Louvre + Café 13.50
Gasto Acumulado: 90€
Escuchando: Neil Young – Comes A Time

domingo, 10 de enero de 2010

Fortaleza Infernal 2: Reentrada

Aun no he no puedo hablar de mi vuelta a París porque no he empezado mi escasa vida social, no de la que me gustaría sino de la obligada. Llevo aquí apenas un día y medio en el que no me ha dado tiempo a hacer muchas cosas, ayer pase el día entero reubicándome, es increíble la cantidad de horas que se necesitan para empezar a volver a funcionar, es inversamente proporcional al espacio del que dispones. Nada más llegar me las vi con algo nuevo para mí, los trozos de nieve negra pegados a las ruedas de la maleta que llenaron de barro y agua negra mi habitación. Pase un par de horas deshaciéndola porque como no tengo espacio cada cosa suponía sacar, mover aquí, mover allí, mover allá, guardar y más teniendo en cuenta que había que hacer algunas cosas con cuidado, como guardar el traje y las camisas en un armario en el que no caben, de tal manera que se arruguen lo mínimo posible.
Cuando por fin termine, baje a hacer la compra y luego baje al banco a sacar dinero y de nuevo entre en el supermercado. En total fueron 48 euros. Recordé que uno de los escasos placeres que tuve estos meses pasados en Paris fue el ver mi nevera llena y comer a gusto en mi mesa. Así que si, ha pasado de estar vacía con una lata de Red Bull, otra de Guiness que lleva ahí 4 meses y un bote de kétchup a estar de nuevo bien surtida con carne, pescado, verdura, fruta, yogures y lo más importante, mousse de chocolate negro. También compre cosas para la despensa, algunos botes de salga para la pasta y un frasco de garbanzos, además de un tetrabrick de puré de zanahoria. Cene las salchichas que deje antes de irme, que aun aguantaban a pesar de los días de retraso que he sufrido y un congelado de verduras, pescado y no sé que más misterioso que no estaba mal. Hoy he comido pasta y los restos que quedaban de ese guiso precocinado y he cenado puré del que compre y un filete de agneau, cuyo nombre en español ahora no me sale.
Ayer, a eso de las 7 dejó de funcionar la calefacción. Cuando baje a conectarme a Internet escuche a uno del cuarto quejándose al segurata de los fines de semana, que además de estar poco tiempo, no sirve para nada más que para anotar estas cosas. Al menos la noche la he pasado bien con el saco de dormir de manta, como siempre y esta vez con mi almohada de aquí como almohadón, el almohadón gordo al otro lado y mi almohada vieja de Madrid como lo que siempre ha sido, entre tanta historia no he pasado frio y he dormido 3 horas más de lo que tenía planeado, es decir, 12 y me he levantado pasada la 1 de la tarde, cosa que no quería. Como la habitación estaba tan sumamente fría, lo que hice fue darme directamente una ducha caliente para arrancar, claro que luego el vaho en mi cuarto era más denso que la niebla de Londres. He pasado y sigo así, todo el día con un frio que no es normal, no creo que en mi cuarto haga más de 10 grados. Estoy vestido como si saliera a la calle, con chupa de cuero, bufanda y gorro en la cabeza incluido, es una puta vergüenza. Mañana tengo que bajar a firmar el contrato, me quejare como pueda. Por eso odio estar aquí, si pudiera hablar en español me iban a oír pero como no es el caso, me tendrá que limitar a decir como pueda que no ha funcionado la calefacción desde que he llegado y poco más. Y pensar el dineral que vale este alquiler, en Madrid estaría viviendo como un gran señor en un piso compartido dabuti.
Me he pasado el día viendo alguna película y capítulos de algunas series, no tengo ganas de salir a la calle, que hace aun mas frio que aquí y sabiendo que luego al volver, no podre entrar en calor, he estado tentado hasta de ir a la cocina a hervir agua solamente para ponerme al lado un rato, no consigo que mis pies no sean dos trozos de hielo y al respirar me molestan las fosas nasales de tanto frio sin interrupción.
Mañana si me levanto con tiempo, iré a comer a la universidad, no para ver a los nuevos estudiantes indios y chinos, que ya ves tu queee ilusión me hace que vengan, sino para saludar a Leif, las polacas y a Yannick.
Hoy iba (va) a venir Bea a hacer escala en mi habitación. Ha sido (es) un lio, porque no tiene móvil y me mando un mensaje en Facebook que yo interprete mal. Hace casi una hora me ha llamado, estaba en la Gare de Lyon y como ha sido rápido he seguido sin enterarme pero le he dicho que venga a pesar del frio, que seguro que es mejor que estar sola en la estación toda la noche con aun mas frio. Me ha dicho que cogía un taxi pero aun no ha aparecido, así que no entiendo nada. Así que aquí estoy yo, escuchando a Elvis cantar góspel, con el gorro puesto y respirando filamentos de hielo en lugar de aire, esperando. A todo esto, llevo un rato reconfigurando mi barra chuli de accesos directos porque ha cascado brutalmente. Igual tiene que ver con la librería dinámica que usan muchos procesos y que mi antivirus identifica como un troyano desde que se actualizo en Madrid, porque aquí no se qué pasa que no se conecta para las actualizaciones. El caso es que el archivo no lo encuentro por métodos normales, es como si solamente estuviera en memoria, pero digo yo que de alguna parte del disco tendrá que salir. En fin, me aguantare, porque estoy yo como para formatear sin un buen acceso a Internet.
Si a este texto le faltan muchas tildes es porque me apetece escribir con una fuente que no tiene tildes y las única que hay son las que pone Word él solito cambiando esa letra a Times New Roman (odio esa fuente), y no se si al copiarlo para publicarlo me voy a tomar la molestia de ir corrigiendo todo. Tampoco tiene guiones ni el símbolo del euro, ni la eñe... es un rollo, lo se, pero me apetece escribir con esta letra así que al que no le guste que no mire. Y ni me molesto en quejarme porque blogger no la tenga porque daría igual, ninguno de vosotros la tiene tampoco, el caso es que vosotros lo seguiréis leyendo en mi querida Verdana de toda la vida.

Gasto: Casi 48 euros y 8.50 del tren del aeropuerto hacen 56 euros
Gasto Acumulado: 56 euros.
Escuchando: Elvis Presley . Where Could I Go But To The Lord

sábado, 19 de diciembre de 2009

Bienvenido a Orly

Estoy en el aeropuerto de Orly. Mi vuelo, cuando lo compré en Septiembre, salía a las 20:30. Me mandaron un e-mail a primeros de Noviembre para decirme que adelantaban el despegue a las 20:00. A los cuatro días me mandaron otro para adelantarlo otros diez minutos y ahí quedó la cosa. Llego a la cola de facturación y “Vuelo retrasado a las 21:00”. Conclusión, no voléis con Air Europa o donad dinero para que mejoren su puta mierda de sistema de planificación de vuelos. La del embarque me ha dicho que no, que embarque a las 20:00 y salgo a las 20:35 pero en las pantallas sigue poniendo que a las 21:00. Conclusión, tendré que levantarme dentro de una hora e irme a mirar a las putas pantallitas. Lo malo de levantarse es que esta parte de Orly está hasta la bandera, no hay sitio para todo el mundo y hay mucha gente de pie.

Y en la parte en la que estoy sentado hay un tipo, en la otra punta, que no para de moverse como si tuviera alguna clase de problema muscular en su jodida pierna que no para de mover y estamos todos agitados como si estuviéramos en un carromato cruzando los Cárpatos solo que sin la mirada de los Dracul en el horizonte rojo. Tengo ganas de matarle. Y encima el que está escuchando ahora mismo a Michael Jackson soy yo, joder, y no me muevo. Me movía en la cola de facturación cuando no molestaba a nadie, me cago en Dios. ¿Por qué no hay un programa en la televisión impartido por Tony Soprano en el que se enseñe Respeto? Joder, le perdonaría todos sus asesinatos, robos y trato de blancas si ese programa fuera eficaz y la gente pensara un poco en el las personas que tiene a su jodido alrededor. Una vez más. Me pregunto si leerán estas frases las dos mujeres aburridas que tengo a mi lado. Si echan un ojo tienen que estar flipando. Me veo con las esposas puestas y encerrado en una celda con un polaco gordo de barba gris y nariz de borracho que la ha liado parda en la cola de facturación y ha pegado a un azafato, un argelino al que le han pillado fumando un porro en el baño y un ejecutivo gabacho al que le ha dado un ataque de nervios por exceso de chovinismo, digooo, de cocaína.

Quizá en mi máximo aburrimiento me conecte a Intenet y postee esto, pero sería el post más caro de la historia porque media hora de conexión, que es el mínimo posible, cuesta 6€. Ya he pagado por ir al baño…por ir al puuuto baño he tenido que pagar. Ya no me acordaba de esto y al entrar, cuando he visto a los tipos sentados en la sillas con la mesa y el platito delante me he acordado del viaje a Italia, cruzamos Francia y en cada puta gasolinera a poner pasta. Me pregunto si considerarán en los balances estatales a estas personas como trabajadores.

El bodrio de la acusación de falta de ética y falta de madurez en la educación en mi universidad acabó de forma inocua. Tuve una reunión de hora y media con XXX e YYY y fue algo absurdo. Primero me dijeron que por qué lo había hecho por escrito, que las cosas por escrito son muy serias. Joder, porque XXX me lo pidió. Entonces me dijo que él me pidió una sinopsis del problema y yo le contesté que menos de una página para describir un problema y sus conclusiones no es tanto, de hecho si las conclusiones les parecían fuertes es porque no pude desarrollarlas como me habría gustado porque habría tenido que escribirles un libro. Entonces empezaron con el rollito de la falta de ética y blablablabla. En resumen: “llegamos” a la conclusión de que había sido cosa de la traducción y el calentón. Todo mentira, claro, supongo que ellos lo sabrían tan bien como yo o es que yo disimulo muy bien y mis “claro, claro” en francés suenan muy convincentes. Y es que no me quería meter en más líos. Lo gracioso es que unos minutos antes de la reunión me enteré por varios alumnos tanto extranjeros (chinos) como franceses, que lo de dar más tiempo a alumnos no francófonos se hace en otras escuelas de ingenieros de París. No lo mencioné porque las comparaciones duelen mucho y más cuando son entre instituciones de “quiero y no puedo”. Al final llegaron a decirme que aquí no se ayuda de ninguna manera a los alumnos extranjeros, que ni lo de salvar a posteriori que me habían dicho era verdad. Me quedé tan a cuadros de que pudieran mentir tanto cuando ellos mismos me habían dicho a mí justo que quizá blalblalbalbal cuando les informé de mi primer suspenso de uno de los exámenes, que me quedé con la mandíbula a punto de carcajada pero al final no dije nada ni emití sonido alguno. Al final casi ni concluimos nada porque resultaba que tenía un examen y tuve que salir corriendo. Llegué tarde y por supuesto, no me dio tiempo a acabarlo. Luego me dicen que para qué querría yo bombas nucleares y esas cosas tan divertidas. Dios mío. Dios mío, cuántos ríos de fuego iban a recorrer la faz de la Tierra si pudiera apretar el botón rojo.

El miércoles tuve la primera entrevista de trabajo de mi vida. Durante todo el camino fui nervioso porque el trayecto es complicado y creía que llegaba tarde. Al final llegué con tiempo pero no preparé la respuesta de la pregunta básica que me habían dicho de todas las encuestas: Tres puntos fuertes y tres débiles de uno mismo. Creo recordar que de fuertes les dije la planificación, la facilidad de comunicación conmigo (claridad y honestidad) y que mi formación en dos universidades me daba un punto de vista más completo y global para analizar los problemas. De puntos débiles les dije que no se me daba muy bien improvisar, que soy tímido (a lo que el tipo me miró raro) y el tercero no me acuerdo. La entrevista duró casi una hora y estuve bastante a gusto, el tipo fue amable y aunque me costaba hablar no me presionó en ningún momento.

El jueves dimos los últimos retoques a la presentación del proyecto. Por la noche había fiesta en mi residencia y yo tuve que bajar para mandar y leer algunos e-mails con los últimos cambios del Powerpoint. Fue absurdo, era como estar sentado en la silla de una discoteca mandando e-mails de trabajo, rodeado de fauna bailando una especie de reggaetón gabacho y gritando como si fuera eso una matanza. Más bombas nucleares.

El viernes tuvimos la presentación. Yo, junto con otro, fui el que tuve el papel más pequeño, claro. Expliqué mi parte sobre el protocolo SIP y por qué lo habíamos elegido para nuestra maqueta y punto. Tuvimos un par de imprevistos pero todo funcionaba perfectamente así que con la labia de un par de los de mi equipo todo fue sobre ruedas y tuvimos una buena nota. Fuimos a comer a un japonés y nos despedimos. Durante esa comida hablé más con ellos que durante todos estos meses jajajaja. Luego en casa me llamó el tipo del miércoles para ofrecerme el puesto. Le dije que le contestaría este lunes, me parece un sueldo miserable 750€, ahora mismo no estoy dispuesto a aceptarlo pero seguro que mi madre me convence. Sic. Para mi curriculum vendría muy bien este trabajo pero estoy hasta la polla de “te servirá para el futuro”. El futuro es ya, estoy hasta los putos cojones de llevar toda la vida haciendo cosas para el futuro. Igual palmo en este puto avión y al final NO FATE, como grababa Sarah Connor. Así que ya veremos.

Y ahora a Madrid. Viva Michael Jackson.

Escuchando: Michael Jackson – Stranger In Moscow
Gasto: Joder, no lo sé, mucho.
Gasto Acumulado: Da igual, ya veremos en Enero.

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Y ahora a Madrid se va a ir Pirri. Me cago en la puta madre de Air Europa. El avión tiene algún problema en los motores. No hay personal cualificado en el aeropuerto para tratarlo y han mandado a dos ingenieros desde Madrid para ver si pueden hacer algo. Son las ocho pasadas y según han dicho, llegarán a las ocho y media. Con un poco de suerte me cancelan el vuelo. Podría llover. No sé cómo funcionarán estos rollos entre compañías aéreas pero cómo cojones no hay personal cualificado para cualquier problema en un aeropuerto de París. Me cago en la hostia, que no estoy en el aeropuerto de Villatripas de Abajo. Franceses de los cojones, Aireuropeos de los cojones. Y ya, claro, cuando te dicen que hay un problema así en los motores, no sabes si prefieres que cancelen el vuelo, o subirte al avión esperando palmarla. Si me cancelan el vuelo a saber cuándo me tocará otro. La madre que los parió a todos juntos. Puta mierda, Montgomery, puta mierda.

Y empiezo a tener hambre, menos mal que me he traído algo de comida, algo que no es ni una merienda. Y cuando vaya al servicio les va a volver a pagar a los de la puertecita la madre del CEO de Air Europa, con mucho gusto lo va a hacer.

Y mientras tanto escuchando por megafonía cómo van otros vuelos a Barcelona, Valencia y Madrid. A los de Vueling también se les ha retrasado el avión a Barcelona porque el avión que tiene que llegar a Orly viene con 50 minutos de retraso, qué típico, me ha tocado más de una vez vivir esa situación precisamente con Vueling en El Prat. Otra compañía de puta mierda. Me pregunto si habrá alguna que no lo sea, al menos las españolas no.

Creo que si no hubiera escrito todo esto estaría arrancando la pata de alguna silla y se la habría estampado a alguien en la cabeza. Terapia. Terapia. Qué bien entiendo a Bukowski en estos momentos.

Me meo.

Escuchando: Nada
Gasto: Nada pero en breve iré a por una botella de agua o algo que beber porque me deshidrato ya. Mierda de medida antilíquidos de los aeropuertos, a ver cuando sacan de una puñetera vez los escáneres que identifiquen líquidos. ¿Tan difícil es distinguir agua de la nitroglicerina, físicos y químicos del mundo? Luego os quejáis de que los ordenadores no funcionan, cabrones.
Gasto Acumulado: El del hombre que pide tres cafés en un bar.

Diosssssssss, aún quedan veinte putos minutos para que aterricen los ingenieros de los huevos. Los ingenieros. Esto me recuerda que esta semana nevó en París y la sensación de “Segunda Guerra Mundial” que uno tiene cuando ve ciertas casas, se multiplicó por diez. Viendo el hospital desde mi ventana me preguntaba por qué no veía una mirilla en el centro de mi campo de visión y por qué no llevaba un Garand en mi mano para empezar a disparar a los viandantes, que no eran tal, sino oficiales de las SS camuflados. Luego pensé en un fusil de francotirador para disparar a los fantasmas de la casa chunga y misteriosa que está en el hospital y que se ve desde mi ventana. Y por la calle cuando caminaba deprisa y escuchaba el ruido que hace la nieve al aplastarse me daban ganas de ponerme a gritar “¡LA BANDERAAAA, NOS HAN CONQUISTADO LA BANDERAAAA DEL PUENTEEEEE!”. El que no haya jugado nunca al Medal Of Honor o Call Of Duty o Day Of Defeat para esto último de la bandera no comprenderá nada, el que sí, seguro que está asintiendo todo el rato con la cabeza.

Regalaría mi sombrero por un racimo de granadas. ¿Dónde está el Joker cuando se le necesita? Si voy a palmarla en un avión porque van a arreglar mal los motores, al menos que sea porque el Joker ha puesto una bomba y whysoserious pero no esta mierda ingenieril. Joder, conozco a los ingenieros españoles, no me fío un pelo de ellos, aprueban siempre de puta chiripa antes los imposibles exámenes de los profesores. Voy a moriiiiiiiiiiir.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Estoy escuchando a Bruce Springsteen mientras el microondas hace el trabajo de hacer el arroz a la cantonesa (3 delicias) por mí. No tengo ganas de irme a la cocina. Tengo que barrer y fregar mi habitación y baño porque ya han pasado dos semanas y está asqueroso. He hecho la compra y creo que me he pasado comprando y que tendré que tirar alguna cosa cuando vuelva a finales de la semana que viene. Eso o comer como una bestia, que me parece una gran idea. También tengo que hacer la trepidante aventura de la colada, como cada fin de semana.

El sábado pasado tuve un cumpleaños que fue más o menos divertido, nada maravilloso, luego quería continuar y convencí al chino de mi residencia y a la china pseudoteenager para ir a una zona de bares. No encontramos los putos bares y eso que dos personas ya me habían dicho que por allí había marcha. Claro que eran las dos y pico de la mañana y a lo mejor se había acabado todo ya porque los franceses son gentuza diurna. Mis amigos de aquí me dijeron que cuando estuvieron el fin de semana pasado en Madrid fueron felices, que no tiene nada que ver el jolgorio de allí con el de aquí. Lo sé. El caso es que al final acabamos en mi cuarto, no sé cómo porque tres personas no pueden moverse, yo bebiendo cerveza y ellos licorcitos sakosos chinos de los suyos que saben a rayos. Después de un rato de cháchara se pusieron a mirar alrededor a las paredes de mi habitación, que aún necesitan más para estar verdaderamente vestidas. El caso es que se pusieron a mirar las fotos que tengo pegadas encima de la cama, muchas, saqué todas las del álbum y otras que tenía yo de otras cosas y llené ese trozo de muro. Yo estaba cansado ya, más que por fiesta y jolgorio, por estar con gente a mi alrededor y más en mi habitación minúscula. Cuando me dijeron “¿quién es esa?” y yo les contesté “es una amiga mía que está triste”, me contestaron que tenía que quitar la foto porque tener encima de la cama fotos de gente triste da mala suerte. Y les mandé a tomar por culo fuera de mi habitación, tal cual. Carril con sus tradiciones chinas. Evidentemente les puse otra excusa de “cansancio blablabla” pero es que no me jodas ya, hombreeee. Fuera.

La semana que viene va a ser de locos. El lunes tengo clase por la mañana, después de comer tengo una reunión con la responsable de internacionales y el jefe de mi departamento porque se han molestado por una queja semiformal que hice acusando a la institución de falta de madurez en el sistema educativo y falta de ética, pegaré aquí al final la carta que les mandé por si a alguno le interesa leerla. Y después de la reunión, examen.

El martes examen.

El miércoles mi primera entrevista de trabajo, que será desastrosa claro. Y en francés. Y en francés desastroso. Y desastroso todo. No tiene nada que ver las prácticas con lo mío, ni redes ni seguridad, que es lo que realmente me gustaría aprender, ni nada. Es auditoría interna, aprender a utilizar una herramienta de calidad al principio, luego una fase de migración a una nueva versión y finalmente usarla para lo que se tiene que usar. En el fondo hay cosas que me gustan, si no, no había postulado al puesto. La auditoría es modelizar, analizar y encontrar fallos y acusar con el dedo de “esto está maaal y tú eres el responsableeee”, como lo de la reunión con los de la universidad. Y eso siempre me gustó. Luego la solución del problema que se la busquen los consultores. El caso es que además de eso me llamó la atención porque es una división nueva de la empresa, muy pequeña, de dos personas dentro de una empresa considerablemente grande, no sé cuánto, pero es una empresa hotelera europea.

Después de la entrevista, el resto del miércoles y todo el jueves será la megamarathon para poner a punto lo que falte del proyecto, finiquitar los documentos y preparar la presentación y defensa para el viernes a la una de la tarde.


Título: Problema con los alumnos internacionales

XXX me pidió que hiciera una síntesis del asunto y se la mandara por correo. Aunque ya lo he hablado con YYY, la incluyo también en el mensaje porque creo que es conveniente hacerlo, por el tema al que me quiero referir.

Los problemas son dos. El primero es la forma en que se evalúa a los estudiantes internacionales en la universidad. En mi caso podría referirme únicamente a la especialidad de TR pero mis conversaciones con otros en mi misma situación demuestran que el problema es general. Sin hacer referencia a las dificultades extraacadémicas que supone nuestra situación, es necesario hacer notar la dificultad y la gran cantidad de tiempo extra que necesitamos, no solamente para estudiar y preparar los exámenes sino también para realizarlos. Que se evalúe con la misma medida que al resto de estudiantes, en cuanto a tiempo de preparación y tiempo para desarrollar el examen cuando tenemos grandes dificultades lingüísticas demuestra, en mi opinión, una gran falta de coherencia y madurez en la enseñanza.

El segundo problema es cómo se intenta solucionar este primer problema comentado anteriormente. La buena solución, aunque parezca que la actual funciona porque los alumnos están agradecidos de recibir una ayuda de cualquier forma, no es rescatarlos después de ser evaluados o permitirles hacer algo a posteriori para arreglar algo que en realidad no está roto. Eso es poner un parche sin arreglar el problema. La solución correcta es afrontar el problema a priori, que los profesores sean conscientes de él y que sepan ponerse en el lugar de estos alumnos que vienen del extranjero, que cada vez serán más y más y en cómo deben adaptar sus métodos de evaluación.

El principio básico para lograr alcanzar la igualdad es tratar de formas distintas a los que son distintos, así es como se equilibra la balanza. Es un principio, no sólo de organización, también ético sin el cual es imposible alcanzar esta meta. Me entristece no verlo en esta escuela, me entristece volver a mi universidad y en la charla que tengo que dar a los alumnos durante estas vacaciones tener que comentarles este problema, que me parece fundamental, y no poder recomendarles que se animen ellos a experimentar el venir a París a estudiar a esta escuela.

Estaría muy agradecido si, después de comentar esto, pudierais transmitirlo a vuestros compañeros y responsables de otros departamentos y a quien consideréis necesario para que la dirección de la escuela sea plenamente consciente de él.


Escuchando: Sade - The Sweetest Taboo
Gasto: 80€
Gasto Acumulado: 140€